sábado, 11 de febrero de 2012

JOSÉPHINE BAKER, la diosa de ébano

En 1927 una chica negra, de nombre Joséphine Baker, debutaba en el apasionante mundo del cabaret. Siete años después, en 1934, protagonizaba películas en Francia. Tiempo más tarde, todas las mujeres imitaban su tono tan oscuro de piel. Hasta ese momento, todas las grandes estrellas eran de raza blanca, pero el éxito de la nueva estrella negra supone una gran innovación. Ahí empezó la liberación de los negros.



Su nombre de verdad no era ése. Bautizada como Freda Josephine Carson, nació en Saint Louis, Missouri (junto con Nueva Orléans uno de los santuarios de los negros), el 3 de junio de 1906, en el seno de una familia realmente pobre de negros descendientes de esclavos. Su padre se llamaba Eddie Carson y era un percusionista de vaudeville, y su madre, Carrie MacDonald, era lavandera. Gracias a la profesión de su padre, Freda Josephine tuvo a muy corta edad sus primeros contactos con los espectáculos.
Cuando aún era pequeña, su padre Eddie abandonó a la familia, y Freda Josephine se quedó sola con su madre, en una situación realmente precaria. Al poco tiempo, su madre Carrie se casó de nuevo, con un hombre llamado Arthur Miller. Miller era un hombre pobre, vago y normalmente desempleado, por lo que la situación de Freda Josephine y de su madre no mejoraría para nada durante años. Por eso, Josephine, que todavía era una niña, tuvo que dejar el colegio y empezar a trabajar a muy temprana edad como niñera y encargada doméstica para ayudar a aguantar la inaguantable situación económica de la familia, ampliada por dos hermanas y un hermano más. Por si eso fuera poco, Josephine vue víctima habitualmente del racismo, como todos los negros de su época.

A los trece años, en 1919, trabajaba como camarera en un club local, donde conoció a Willie Wells. A los pocos días de conocerse se casaron, aunque ella era solo una niña. Como estaba acostumbrada a trabajar desde pequeña, Josephine nunca dependió del dinero de sus diversos maridos, por lo que fue bastante independiente durante toda su vida, he ahí una de sus ventajas. Apenas un año después de casarse, ya estaba divorciada.
Luego, en 1921, a los quince años, se casó por segunda vez, ahora con el guitarrista de blues Willie Baker. Al cabo de unos dos años ya estaba de nuevo divorciada, pero tomó el apellido de su segundo marido como su apellido artístico, quedando como Joséphine Baker.



A los dieciséis años, en 1922, Joséphine empezó a unirse a diversas compañías de baile, entre ellas un grupo de danza de renombre de Philadelphia, pero al principio fue rechazada por todas ellas al considerarla una bailarina novata, torpe y demasiado negra. Al año siguiente se unió al coro de The Dixie Steppers, trasladándose a Nueva York. De ahí dio el salto a Broadway, al participar en el espectáculo de Chocolate Dandies, y también apareció varias veces en el Cotton Club de Harlem.

En 1925, antes de cumplir los diecinueve años, Joséphine se fue a París para participar como corista de La Revue Nègre. El 2 de octubre de 1925 realizó su primera actuación profesional bajo los focos de un escenario. Bailó literalmente desnuda, salvo con una corta falda hecha con bananas. Este "provocativo" espectáculo se repitió a lo largo de su carrera numerosas veces, y fue catalogada por su público francés como una belleza de ébano.



Para 1927, la joven Joséphine era la artista de espectáculos más famosa y mejor pagada de toda Europa, y rivalizaba con dos de las grandes, la extravagante Gloria Swanson y la ya decadente Mary Pickford, por ser la mujer más y mejor fotografiada del mundo entero.

Las mujeres se aplicaban polvos para oscurecer su piel y poder parecerse a ella, y fue Baker la que introdujo el exitoso charleston en Europa. Además, poseía una verdadera aptitud para la danza y una privilegiada voz para cantar jazz.

En 1930 se dedicó exclusivamente al canto, y logró cosechar enormes y memorables éxitos. Fue en esta época cuando Joséphine empezó a participar en algunos largometrajes (en su mayoría de cine mudo), los únicos que hizo en toda su vida, como "La Sirena de los Trópicos", de 1927, "Zou-Zou", de 1934, y "Princesa Tam-Tam", de 1935.



Pero mientras que en Europa, sobre todo en Francia, la adoraban, en su Estados Unidos natal la detestaban, pues los americanos blancos no soportaban ver que una mujer negra disfrutase de esa fama y gloria. En 1936 Joséphine regresó a su tierra natal para protagonizar espectáculos del Ziegfeld Follies pero, despreciada por los estadounidenses por ser de la raza que era, decidió regresar por donde había venido.

En 1937 se nacionalizó francesa, viendo que siendo de esta nacionalidad las cosas le irían mucho mejor, y en esa fecha, a sus treinta y un años, Baker se casó por tercera vez con el magnate azucarero Jean Lion. Durante la Segunda Guerra Mundial Baker, quien detestaba con todas sus fuerzas al Führer, se "alistó" con las tropas francesas aliadas y sirvió de entretenimientos para los soldados, sobre todo los heridos.



A inicios de la década de 1940 Baker se divorció de Lion, y en 1947, a los cuarenta y un años, se casó por cuarta y última vez con el director de orquesta francés Joe Bouillon. Ese año, Joséphine adoptaría con su nuevo marido a doce niños huérfanos de distintos países de origen que vivieron con ella en su mansión durante muchos años, y a los que ella llamaba "la tribu del arco iris". En los años 50, Baker volvió a Estados Unidos para promover el fin de la discriminación racial, y fue entonces cuando conoció a la mítica Grace Kelly, amiga íntima suya de por vida. Su gira norteamericana apenas le sirvió de nada y regresó a Francia.

La ya envejecida estrella volvería a divorciarse una vez más pero, agotada por tantos matrimonios infructuosos, decidió no casarse más. En 1973 se presentó en el Carnegie Hall para realizar un espectáculo, de los últimos de su vida, y a diferencia de treinta o cuarenta años atrás, ahora sí que recibió la ovación del público.
El 8 de abril de 1975 Joséphine Baker y varios amigos suyos hicieron una celebración conmemorando el cincuenta aniversario del inicio de su intensa carrera artística. Pero Joséphine, a sus 68 años de edad, se encontraba enferma y desgastada. Cuatro días después de la solemne ceremonia, el 12 de abril de 1975, esta querida y respetada actriz fallecía a causa de una hemorragia cerebral, siendo enterrada en Mónaco.

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